La juventud toma el mando en la COP30, una generación que exige acción, no excusas
- 19 feb
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Actualizado: 24 feb
La COP30, que se celebrará en noviembre de 2025 en Belém, Brasil, promete ser un hito en la lucha climática. No solo por realizarse en el corazón de la Amazonía, un ecosistema clave para la estabilidad del planeta, sino porque los jóvenes están decididos a cambiar el rumbo de la crisis climática.
Durante los últimos años, los jóvenes han liderado huelgas climáticas masivas, impulsado litigios ambientales y presionado a gobiernos y empresas para tomar medidas concretas. En la COP30, su papel será más influyente que nunca: contarán con espacios exclusivos en la cumbre, representación en foros clave y una voz activa en las negociaciones oficiales.
Entre las principales demandas están:
Eliminar progresivamente los combustibles fósiles y acelerar la transición hacia energías renovables.
Asegurar financiamiento climático para los países en desarrollo, priorizando la adaptación y la resiliencia.
Garantizar justicia climática, asegurando que comunidades indígenas y vulnerables sean parte de la toma de decisiones.
Incorporar la educación climática en los sistemas escolares a nivel global.
La elección de Belém como sede resalta la urgencia de proteger la Amazonía, considerada el pulmón del planeta. Sin embargo, la deforestación, los incendios y la expansión de la frontera agrícola amenazan su futuro.
Los jóvenes exigen compromisos reales para frenar la destrucción de este ecosistema y garantizar la aplicación de acuerdos como la Declaración de Glasgow sobre Bosques.
El mundo está atento a si la COP30 marcará un punto de inflexión en la historia climática o se convertirá en otra cumbre de promesas vacías. La juventud ya no acepta excusas y está determinada a influir directamente en la toma de decisiones. Con el tiempo en contra y la crisis climática agravándose, la COP30 podría ser una de las últimas oportunidades para evitar un punto de no retorno.
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